CH CH: ¡CHAPA TU CHORO!


 

gato-atrapa 

O tu “chorizo”, o tu ladrón. La iniciativa de una comunicadora huancaína que ha verbalizado el sentir popular y lo ha puesto en blanco y negro, siendo respaldada en las redes sociales, algunos medios y en la práctica por muchísimos ciudadanos hartos de un descontrol nunca visto, por la audacia de los delincuentes y la acción que suele estrellarse contra la indiferencia, morosidad o conveniencia de la justicia, representada por ciertos (por desgracia muchos) fiscales y jueces viene teniendo éxito en una sociedad, que como la nuestra, está barranca abajo.

¿Chiste o chanza?  ¡No!

Avergüenza realmente, que el hartazgo de los ciudadanos se materialice en la aplicación de la ley por mano propia, por quienes deberían estar protegidos efectivamente por el gobierno y sus organismos correspondientes. Es una vergüenza peligrosa que se deba llegar a un extremo tal, donde parece que la solución es defenderse autónomamente y como sea. Que la única solución posible es la violencia, que se traduce en linchamientos.

Que no se confíe en la Ley, es desastroso, pero si las mismas autoridades se quejan de un poder judicial permisivo (y yo diría, sospechosamente permisivo) que no cumple con sus funciones, qué podemos esperar del ciudadano que ve que roban, asesinan y atropellan de manera impune y al que le arrancharon los paquetes ayer, le arrebataron el celular anteayer y le quitaron la cartera en la calle hace un rato. Del automovilista al que le robaron a punta de pistola su auto o lo “limpiaron” de radio y accesorios cuando estaba cuadrado cerca a su casa…

¿Qué esperamos de las viudas y huérfanos que la violencia criminal desatada siembra en todo el país y especialmente en Lima? ¿Tal vez se espera comprensión o pasividad ante el desborde que sufren los diversos servicios de seguridad?

La iniciativa tendrá resultados catastróficos, porque el “todos contra todos”, que es lo que en realidad se propone, salta olímpicamente por sobre todas las normas que permiten vivir en sociedad. El río está revuelto y los pescadores, que son los delincuentes, los “choros” o como queramos llamarlos, son los que tendrán las ganancias. El Perú y Lima, no pueden convertirse en una jungla, donde impere la ley de la selva. La policía debe atrapar, los fiscales acusar y los jueces encarcelar a los ladrones. Los ciudadanos debemos exigir que así sea. Es feo decirlo, pero nuestros impuestos pagan los sueldos de esos empleados públicos…

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