La frase es dicha por Humphrey Bogart al pianista, en una célebre escena de la película “Casablanca”, de 1942 (errónea y popularmente se le adiciona un “again”, que en realidad no parece haber existido). Hoy vuelvo después de largas dos semanas de pausa anunciada, a publicar.
Menesteres de mudanza, que conllevan embalaje de cosas, desconexión de la red, desembalaje y vuelta a pedir conexión, han llevado este tiempo. Un cambio más en esta vida, en lo que lo único permanente es el cambio.
O sea que aquí estoy, nuevamente, dándoles la lata de lunes a viernes. El entorno ha cambiado y hay una ventana que mira al verde y a juegos infantiles. Pero en el fondo nada varió. Porque las ganas de hacer siguen y la necesidad de escribir también. Supongo que esas son características de saberse vivo.
Bueno pues, aunque internamente sigamos igual, el derredor está lleno de nuevas (y bastante malas) noticias. Parece que es una constante. Por más que se trate de mirar el lado bueno, el otro platito de la balanza parece pesar más, o por lo menos tener mayor prensa. Es cosa, creo, de irse acomodando nuevamente para ver el río de los días pasar. Y si bien es cierto que uno nunca se moja los pies en misma agua de la corriente, toda parece ser uniforme. El mal continúa su pelea contra el bien, con abrumadoras posibilidades de ganar, por lo menos alguna batalla, porque confío en que el bien se alzará con la victoria final.
Hola a todos, gracias por leer y déjenme decirles que los extrañé mucho.
Debe estar conectado para enviar un comentario.