(sueño electoral)
Caracolea con su caballo repartiendo sonrisas y haciendo quecos a diestra y siniestra. Galante, se quita el sombrero y lo pone a la altura del pecho, sobre el poncho blanco de lino, saludando. Allí están los espectadores coloridos y él espera los aplausos mientras la banda de música hace oír una marinera que el caballo, obediente y gracioso, baila.
Cree que ganará en la competencia y se piensa triunfante: la satisfacción se dibuja en su rostro. De pronto hace un mal movimiento y el caballo se asusta, pierde el paso y se rompe el encanto. Trata de recomponer la figura pero nada sucede. Hay un silencio extraño y sabe, en un instante, que ha perdido…
Se despierta cubierto de sudor. ¿Pesadilla o presagio? No lo sabe, pero no va tan seguro como antes.
Y si pierde… ¿qué le dirá al espejo?
Que los electores son unos malagradecidos. 😦
Los electores son unos desavisados. El chalán galán es lo que peor le pudo suceder a este país y quiere repetir por 3a vez…. 😦
En América Latina todos están repitiendo. Qué cosas, a todos nos gusta más de lo mismo, aunque no sirva. 😦
Porca miseria…
Son puestas en escenas.
De sainetes… 😦