HONORABLE PELUQUERO


MÁQUINA CORTAR PELO

Cuando era chico, para que me durara el corte de pelo, me lo cortaban “estilo alemán”; es decir, prácticamente nada de pelo salvo algo en la parte de arriba y un poquito al frente. Sé que tengo alguna foto que lo testifique, pero debe estar guardada en alguna caja…

El pelo me lo cortaban en la peluquería que quedaba frente al Parque de Barranco, que era propiedad de Jorge Kishimoto, de origen japonés, impecable, con bigote y una enorme sonrisa.

Jorge tenía una paciencia única y para que la máquina que usaba no me produjera frío en la cabeza, antes de proceder la entibiaba, exponiéndola a un mechero de alcohol que encendía ex profeso; operación que siempre me fascinó. Como el sillón de la peluquería no era adecuado para mi tamaño, sobre los brazos ponía una tabla pintada de blanco, en la que me sentaba muy ufano, con el protector inmaculado sobre la ropa, anudado en el cuello.

Al frente estaba el gran espejo donde podía ver como Jorge me rapaba y también las sillas “estilo vienés” en fila, contra la pared, para la espera de los clientes. Si mal no recuerdo había un peluquero más, al que le decíamos “el borrao”, y tenía en la cara marcas de lo que ahora supongo, eran rastros de una viruela. Pero mi peluquero era Jorge Kishimoto, y lo fue siempre, hasta que un día no lo vi más. Pasaron muchos, muchos, muchos años y mi amigo Carlos, que también había sido cliente de Jorge, me contó que se lo había encontrado en el Cuzco, como guía turístico. Carlos era entonces Ministro de Justicia.

Podrán pasar los años, pero el recuerdo de Jorge Kishimoto no se me va a ir nunca. No se me va a borrar porque fue el amigo peluquero que supo hacer de algo tan sencillo como el corte de pelo un rito; un agradable rito que incluía la lectura de “chistes”, conversaciones breves y un poquito de talco en la nuca al terminar.

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Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.

4 comentarios en «HONORABLE PELUQUERO»

  1. Entrañable historia, te confieso que me dio un poco de tristeza cuando dijiste que ya no lo habías visto más, pero me alegré que tu amigo te de el dato que estaba en Cusco.

  2. No sé que será de Jorge. Me escribió un amigo, que conoce a su hijo y me dijo que le mandaría el escrito. Ojalá pueda hacerlo. Guardo por Jorge Kishimoto ese cariño que los chicos aprenden a tener por las personas de bien. 🙂

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