De jóvenes empujábamos para estar en los primeros lugares, para ocupar el sitio “donde se veía mejor” (y por supuesto, donde nos vieran). El tiempo ha ido pasando y los jóvenes de hoy siguen haciéndolo. De pronto menos “amablemente” que lo que hacíamos entonces.
Y es cuando nos damos cuenta que ese “mejor lugar” no existe y es preferible dejar espacio para los demás.
Poco a poco la vida nos ha ido llevando a las filas de arriba y resulta que de allí se ve mejor. Sí, claro, estamos un poco lejos, pero eso hace que miremos más el panorama.
Pienso que es mejor mirar como discurre, maravilloso, el río, a la distancia, que tener que quitarse los zapatos mojados y esperar que sequen. Ya lo hicimos antes.
Debe estar conectado para enviar un comentario.