Las noticias no son muy halagüeñas por lo general, pero lo que se viene viendo sobre un ex policía y ahora empresario de seguridad, es un pésimo indicio de lo mal que andan las cosas en nuestro país.
Es terrible, pero mientras vemos que hay personas correctas, también asistimos a espectáculos denigrantes, como el que dio este señor al pegarle un puñetazo a un mayor de la policía, por ejemplo, después de protagonizar un show en el Congreso. Pero parece que este no es lo único, porque grita y se envalentona al extremo de insultar en público y pegarle un golpe de periódico en el rostro a una mujer (que además es autoridad, aunque le pese a él) y otras perlas más que detallan los medios.
Si la seguridad está en manos de personas de esta laya, no es raro que el Perú sea un país inseguro y este sea el primer problema nacional del que los ciudadanos se quejan.
Si los desalojos son cometidos por bandas de individuos contratados, muchos de ellos al margen de la ley, con anuencia de los jueces; si los “guardianes” de un cementerio agreden a golpes a periodistas, se sienten seguros y piden “que la policía demuestre” lo que todo el mundo vio en las imágenes, si esto y mucho más sucede en el Perú, no solo hay que quejarse. Hay que hacer algo con quienes se sienten por encima de la Ley. Esta es para todos.
El descalabro de las instituciones trae como consecuencia que esto pase. Es “la ley del más fuerte”, donde no importa el Derecho sino quien grita y pega más.
Los matones acorralan a la gente de bien y eso no se puede permitir. Lo digo una y mil veces: el mal no puede triunfar sobre el bien.
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