MASCARÓN DE PROA


FIGURA PROA SEA CLOUD MARCO

Servía para embellecer a los barcos o para asustar. En un tiempo fue parte del integral del barco y en otra era una pieza adicional.

Estaba destinado a “parecer” pero no  a ser. Era, si lo queremos, una metáfora. Detrás estaba el verdadero buque con sus intenciones.

Algo similar encuentro en estos días en que la campaña en contra y a favor de la revocatoria se agudiza. Los mascarones de proa han perdido su efecto y es que la verdadera identidad se nota.

Ya se cree saber, porque de un lado han izado la bandera negra con la calavera y las tibias cruzadas: resulta otro engaño, pues en verdad son corsarios que buscan el botín para otros que los patrocinan.

Piratas o corsarios, gente fuera de la ley que entrará, si la dejan,  a saco en la ciudad para arrasarla y poner a uno de los suyos que funja de dirigente. Atrás, los verdaderos titiriteros contarán su botín y buscarán más. Los titiriteros que prefieren una retaguardia que da sombra, cobijo y creen, anonimato.

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Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.