COMPÁS DE ESPERA… ¿PARA ESPERAR QUÉ?


Foto: "El Comercio"
Foto: «El Comercio»

El discurso de veintiocho era esperado por todos. Con muchas, algunas y ninguna esperanza, pero en el fondo se quería escuchar algo. Ha pasado la fecha, el Presidente leyó sin mayores inflexiones un texto largo que trataba de cubrir todas las áreas. En algunos casos como la minería, se esperaba que dijera más. En otros, como salud, dijo tanto que al hacer un balance posterior parece que será imposible de cumplir, por lo menos ahora y con los recursos existentes. Habló del magisterio y dijo que teníamos derecho al agua. De inmediato se comentó y criticó la forma y el fondo. De pronto hay un compás de espera. La sensación de “¡ya dije!” que abre una especie de silencio (es un decir porque ahora hasta el movimiento en pro de los senderistas agita pancartas en Argentina). Lo que me vuelvo a preguntar es qué esperamos. ¿Van a mejorar las cosas? ¿La cordura se abrirá camino dejando de lado los intereses personales? ¿Estamos en un vacío donde se retoman fuerzas para seguir protestando? ¿Qué nos espera?

El discurso como un “punto de quiebre” ritual, ha pasado. Se ha planteado temas, se empieza a discutir posibilidades.

A lo largo y ancho del país los sin trabajo y los con hambre continúan en su desgrane silencioso de los días. Muchas de las protestas callaron momentáneamente, pero los problemas siguen ahí y si no se enfrentan efectivamente y llegan las soluciones esperadas, no habrá cambiado nada y el discurso de veintiocho será solo un montón de palabras. A todos nos toca, de una vez por todas, hacer que los cambios empiecen desde dentro de uno mismo. El compás de espera ya pasó y hay que pasar a la acción. Se lo debemos al Perú y a nosotros mismos.

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Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.