He visto a un señor que es dirigente de alguna de las sociedades del transporte público, dar una entrevista en televisión sobre la paralización que preconizan.
El periodista le hacía preguntas y cada vez las respuestas eran más increíbles. O mas bien, retrataban perfectamente porqué estamos como estamos. Se quejaba de que iban a tener que pagar papeletas muy altas y cuando le dijeron que el asunto era no cometer faltas para no pagar multas, se salió por la tangente hablando del caos vehicular y echándole la culpa a los alcaldes anteriores y a la actual administración por no “ordenar”. El dirigente de una fracción de los causantes, alegando inocencia y desconocimiento de los desarreglos que causan y –evidentemente- admitiendo que no piensan mejorar y que necesitan correctivos para las faltas, pero e oponen a que el valor de los castigos sea ejemplar. Dijo que tampoco podrían escuchar radio y allí metió al público usuario, afirmando que viajaría incómodo por eso. ¡Curiosa afirmación! ¿Es la cumbia a todo volumen o los gritos de una radio puesta a todo volumen por el conductor lo que pregona como un derecho? ¿Y el derecho a viajar con tranquilidad de los pasajeros? No sé si la intervención del señor era trágica o cómica. Evidenciaba, eso sí, el absoluto desprecio de lo que para ciertas personas es el orden, la paz, la ley y el servicio. Nuestro Perú está así por culpa de los que cometen abusos y quienes los toleramos a ellos. Dicen que “a río revuelto, ganancia de pescadores” y parece que los pescadores quieren seguir haciendo de las suyas en un país desordenado, caótico y borroso. Lo del transporte se suma, por ejemplo, a la negativa de ciertas gentes de que funcione en Lima, el nuevo Mercado de Santa Anita. No les conviene la luz. Prefieren seguir en la oscura mugre donde las ratas medran, en todo el sentido de la frase.
¿Cuándo se comprenderá que no se ha de llegar a nada si seguimos por el camino que venimos recorriendo? ¿Cuándo será que la autoridad prevalezca sin sables, sin multas, sin coacción? Ése día empezaremos nuestro camino al Perú que puede ser. Que podemos ser.
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