La jerga socialmediera de Internet se ha convertido en parte del habla general y los políticos no podían ser ajenos a éste fenómeno. Por éso el título del post. Casi la gutural comunicación del Hombre Mono: «Me Tarzán, tú Jane» (el twitter, twitter es una licencia sonora que dice de la alegría de un pajarito, curiosamente azul).
Las redes sociales están de moda y su crecimiento exponencial así como el éxito que tienen son indudables. Su uso racional demuestra que son una poderosa herramienta de comunicación. Entonces «hay que usarlas» y allí se lanza todo el mundo a colgar historias, enviar mensajes instantáneos y a llenar cuanto espacio se pueda para que lo electrónico esté al día y uno «sea moderno».
No Me refiero aquí a quienes desde su curiosa y compulsiva personalidad envían mensajes vía TWITTER acerca de lo que van a comer, lo tristes que se sienten o cuán mala es la película que están viendo. No. Tampoco a quienes convierten su FACEBOOK en una ventana abierta a sus vidas y después se quejan de una invasión de intimidad que ellos mismos (con poco oculta satisfacción personal y complaciente placer masoquista) provocaron. No lo hago con quienes han encontrado en TOUTUBE una manera de enseñar sus momentos «interesantes» y volverse famosos a costa del ridículo medido por miles de visitas.
Quiero tocar un tema que debería ser tomado con el cuidado con el que se tratan las posibilidades de un nuevo medio masivo que ya ha demostrado hasta la saciedad su eficiencia. El uso de las redes sociales de Internet (RS) por quienes son usuarios que requieren de ellas para llegar a un público objetivo bien segmentado . Ya miles de empresas a nivel mundial lo están haciendo. Ya muchos personajes políticos también las usan; el ejemplo más vasto y eficiente ha sido el del actual presidente de los EEUU. Sobre el manejo de las RS por el equipo de comunicaciones de Barack Obama se ha escrito muchísimo. Hay cantidades de libros y más de un gurú ha hecho su aparición «para decir cómo se hizo» y para contar exactamente cuales son las fórmulas ganadoras, como si en comunicación existieran las fórmulas.
La melodía no es nueva: lo que ha cambiado es alguno de los instrumentos de la orquesta para mejorar la recepción y enriquecer el total escuchado. Lo que no ha variado para nada es la «madre del cordero». Los medios son éso: medios a través de los cuales pasa la comunicación. La novedad es que ahora contamos con medios interactivos; es decir que hay algunos que son de ida y vuelta, a través de los cuales el receptor puede responder, preguntar, dudar, negar o hasta insultar. Pero éso son los medios y en el caso que nos ocupa, una parte de lo que se usará totalmente en materia de comunicación política. No cabe duda que son importantísimos (porque ofrecen una alternativa diferencial) pero no son los únicos.
Lo que suelen olvidar los políticos que buscan estar a la moda y ser las estrellas de las RS, es que sin una estrategia integral no hay comunicación política posible que valga. Esto que suele parecer un «flop tecnológico» frente a la parafernalia mágica que se compone de smart phones, laptops, netbooks, ipods y una larga lista de adminículos muy útiles pero que a veces complican la vida y convierten al usuario en un personaje de cómic, no lo es.
Las RS son éso, redes de personas que se relacionan entre sí; suelen tener intereses similares y buscan cosas parecidas. Así vemos que son grupos objetivos específicos que se agrupan y que están prestos a escuchar e intervenir en aquello que los convoca. Hasta aquí, nada nuevo: Las redes sociales se llamaban clubs, clanes o a veces tribus. Existen desde que el hombre decidió unirse a otros para cazar al mamut de manera eficiente.
Lo verdaderamente interesante de estas redes sociales que se crean gracias a Internet, es que no sólo traspasan fronteras, sino que permiten un acceso nunca antes soñado a quienes siempre quisieron participar de algo y no pudieron. Las RS acortan distancias y unen cabos que luego forman redes y que están a la pesca de todo el material existente seleccionándolo de las más variadas maneras y poniéndolo al alcance fácil de quien lo quiera.
Nada de lo que aquí digo es nuevo. Solamente reflexiono frente a un hecho incontrovertible y que sin embargo no es tomado en cuenta seriamente en el Perú por lo que deberían ser redes sociales como los partidos políticos; ni tampoco por aquellos que desde la política necesitan crear RS para difundir sus ideas y lograr lo que se proponen.
Repito que se usan las herramientas, pero no concertadamente, de acuerdo a un plan estratégico. Las usan como juguetes tecnológicos que proyectan modernidad, sin darse cuenta de que son sólo una parte y que la comunicación es mucho más que herramientas, aunque necesite usarlas.
No pongamos la carreta delante de los caballos. Sin un verdadero plan estratégico, la comunicación política no tiene impulso porque es una serie de acciones dispersas sin un norte común.
Supongo que seguiré con este tema, pero por ahora punto.
Facebook, Twitter, etc… todos se han convertido en transmisores de información masivos. Lo que más me molesta del asunto es que los jóvenes están perdiendo contacto con el mundo real, además de desvalorizar el lenguaje y convertirse en esclavos virtuales (aclaro: tengo 14 años.